Reducción de emisiones 2030: objetivo de la Unión Europea. Un post elaborado por Emilio Borbor Camacho, alumno del Grado en Transporte y Logística UCJC. La sostenibilidad también es clave para la cadena de suministro.
Recientemente, han sido numerosas las noticias en las que se refleja la preocupación por la Comisión Europea sobre medio ambiente. La sostenibilidad es una pieza clave para el desarrollo y el futuro de la UE. La tendencia en las últimas décadas ha supuesto el aumento de la temperatura del planeta. Y, la consiguiente preocupación por el futuro de las siguientes generaciones.
Sin duda, el último informe sobre el cambio climático emitido por la ONU advierte del riesgo. Las consecuencias de un aumento de la temperatura del planeta por encima de lo comprometido en la última cumbre de París, tendrían un efecto devastador. El compromiso de mantener un aumento térmico por debajo de los 2 grados centígrados es cada vez más urgente.
De hecho, la tendencia en la primera parte de este siglo apunta hacia un crecimiento de 3 grados. Por este motivo, la UE ha acordado una reducción de emisiones de los gases efecto invernadero para 2030. Y que esté en consonancia con un aumento de la temperatura global en un máximo de 1,5 grados centígrados. Este compromiso ha supuesto un acuerdo en la reducción de emisiones más drástico para 2030.
Tras un extenso debate en la sede de Luxemburgo. El acuerdo alcanzado supone la reducción de emisiones en un 45% para el parque automovilístico de las principales ciudades europeas. Uno de los principales factores que afectan al cambio climático es el uso de vehículos públicos y privados con combustible de origen fósil. La situación actual requiere adoptar medidas urgentes. Se ha marcado como objetivo una reducción de emisiones en dos etapas. En los próximos años la emisión de CO2 promedio debe disminuirse en un 15% para el horizonte 2025. La segunda etapa de cinco años, supondría una disminución del 30% de las emisiones de CO2 antes de que finalice 2030.
La disminución de medio grado centígrado en el crecimiento de la temperatura global obedece a las necesidades expuestas por Naciones Unidas. La reducción de emisiones procedentes de la generación de gases efecto invernadero evitaría el aumento del descenso del nivel del mar y proporcionaría una desaceleración en el deshielo del Ártico.
Con esta iniciativa, la UE ha propuesto un objetivo común para el consumo de energías renovables. La propuesta asume que para 2030 el 32% de la energía consumida sea netamente renovable. Unido a esto, también se ha propuesto la generación de incentivos para impulsar una transición hacia el uso de vehículos eléctricos. El compromiso daría lugar a un crecimiento en la reducción de emisiones procedentes del tráfico rodado.
El reto español y la reducción de emisiones
Actualmente, en España, la Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (ACEA) ha revelado que apenas el 7% de los vehículos españoles están equipados con motores alternativos al consumo de combustibles fósiles. En realidad, tan sólo el 1% representa el uso de motores eléctricos. El objetivo para 2030 es que el parque automovilístico español cuente con unos 300.000 vehículos puramente eléctricos y con más de 2 millones de vehículos híbridos.
En el caso de España, el objetivo fijado para finales de 2019 es conseguir una red de carga de vehículos eléctricos. Los usuarios deberían verse beneficiados con suficientes puntos de recarga como para recorrer todo el país. Esta iniciativa también se traduce en una minimización de costes de mantenimiento y suministro de energía. Y debe equilibrarse con la generación eléctrica a partir de energías renovables. Y con de la reducción de residuos procedentes de las baterías agotadas.
El objetivo es ambicioso. Aunque no debe dudarse en mejorar la calidad del aire de las grandes ciudades. Por tanto, la decisión conjunta de los países miembros de la Unión Europea puede ser un acierto para conseguir la reducción de emisiones, fundamentalmente de CO2, NOx y PPS. La puesta en marcha de estas medidas potenciará, a medio-largo plazo, el impulso de una economía sostenible, así como una mejora con el compromiso de las generaciones venideras.
Este post ha sido generado en el ámbito de la materia de Gestión Ambiental del Transporte del Grado en Transporte y Logística (ver plan de estudios) de la Universidad Camilo José Cela. Para más información puedes contactar con Marta Serrano Pérez y Tomás García Martín.