«La Ruta de la Seda, ¿la primera globalización?». Es un post elaborado por Ángel Colilla, Diego Rodríguez, Matías Martín, José María de la Torre e Iker Batiz, estudiantes del Grado en Transporte y Logística UCJC.
La Ruta de la Seda fue una red de rutas comerciales
Organizadas a partir del negocio de la seda china desde el siglo I a. C.. Y que se extendía por todo el continente asiático. Conectando a China con Mongolia, el subcontinente indio, Persia, Arabia, Siria, Turquía, Europa y África. Debe su nombre a la mercancía más prestigiosa que circulaba por ella, la seda, cuya elaboración era un secreto que solo los chinos conocían. Numerosos historiadores afirman que, los diversos pueblos de la zona ya usaban la parte china de la ruta durante el paleolítico. Estableciéndose, hace unos 7000 años se la denominada Ruta del Jade.
Muchos productos transitaban estas rutas:
- piedras y metales preciosos (diamantes de Golconda, rubíes de Birmania,
- jade de China,
- perlas del golfo Pérsico),
- telas de lana o de lino,
- ámbar,
- marfil,
- laca,
- especies, etc
Se trata de un tramo de 5000 kilómetros de la gran red viaria. Que va desde la zona central de China hasta la región de Zhetysu, situada en el Asia Central, incluyendo 33 nuevos sitios en China, Kazajistán y Kirguistán.
Sus más de 9.000 kilómetros sirvieron para unir originariamente la ciudad italiana de Roma y la china de Xian. Cruzando, entre otros, países como Turquía, Irak, Irán, Uzbekistán, Turkmenistán y China. Toda una aventura, que sin estar exenta de peligros, ha dejado un importante legado arqueológico e histórico.
La Ruta de la Seda conectó durante siglos Asia con Europa y África. Y esto tuvo importantes consecuencias comerciales y culturales.
Por las vías que la componían pasaron no solo comerciantes, también religiosos de todas las confesiones (en uno y otro sentido), tropas y diplomáticos.
Algunos historiadores la consideran la primera globalización.
La nueva Ruta de la Seda o Puente terrestre euroasiático, es la principal ruta de transporte ferroviario para el movimiento de tren de mercancías y tren de pasajeros por tierra entre los puertos asiáticos y los de Europa.
Actualmente comprende el ferrocarril Transiberiano, que se extiende a través de Rusia, y el nuevo puente de tierra de Eurasia o segundo puente continental de Eurasia, que discurre a través de China y Kazajistán.
Esta línea ferroviaria, totalmente electrificada y de doble sentido, es capaz de transportar alrededor de 100 millones de toneladas de carga al año.
La línea puede manejar hasta 200 000 TEU de carga de tránsito internacional de contenedores por año.
A pesar de no ser una línea usada plenamente en la actualidad (alrededor de 6 millones de toneladas de carga al año), la dirección espera aumentar su rendimiento en el futuro. Previsiblemente para la exportación de petróleo y mineral de cobre.
Una ventaja de la ruta del Transiberiano sobre la ruta ferroviaria entre China y Asia central es que los trenes deben cambiar los bojes sólo una vez, en las fronteras de la antigua Unión Soviética. Además, el Transiberiano conecta con los ferrocarriles del puerto libre de hielo Narvik en Noruega durante todo el año, a través de Finlandia y Suecia. En Narvik, la carga puede ser transbordada a los barcos que cruzan el Atlántico a América del Norte.
La sección de la vía férrea que se encuentra dentro de China era conocido como el ferrocarril Transmanchuriano, que continúa siendo un conector importante entre las redes ferroviarias de ambos países. Recientemente ha sido mejorada con el objetivo de permitir que el ferrocarril pase de 30 trenes de carga en cada dirección a través de la frontera, hasta los 71 vehículos largos.