«El paradigma actual del coche eléctrico». Es un post elaborado por Ángel Ortega Trigueros, estudiante del Grado en Transporte y Logística UCJC.
En los últimos tiempos el coche eléctrico está pasando a un primer plano en nuestras vidas.
Gracias a la creciente sensibilización en torno al cambio climático. Y, al auge que está sufriendo este tipo de vehículos con empresas como Tesla, Porche, Toyota, Seat… que están apostando por su uso, el coche eléctrico cada vez más se va haciendo un hueco en el parque móvil de España y Europa.
La aparición de estos vehículos se está viendo impulsada por ayudas que los organismos públicos ofrecen. Para, de este modo sustituir los tradicionales vehículos de combustibles fósiles por estos nuevos vehículos “cero emisiones”. Estos vehículos son la gran apuesta para los ayuntamientos las grandes capitales. Que, pretenden disminuir los niveles de contaminación de éstas para poder cumplir las exigencias medioambientales impuestas.
Y, de hecho, para esa función son un gran candidato. Sustituir la flota de vehículos por los eléctricos reduciría la contaminación de ciudades como Madrid y Barcelona en más de un 16%.
Pero estos vehículos no son del todo “cero emisiones” como las grandes marcas nos hacen creer. Aunque respecto a sus competidores de combustibles fósiles, tienen la ventaja de no producir ninguna emisión durante su circulación, no debemos olvidar toda la cadena de suministro detrás de cada uno de ellos.
Uno de los grandes problemas que siguen teniendo los vehículos eléctricos es que la fabricación de las baterías que utilizan supone entre un 33%-44% de las emisiones totales que se producen en toda su cadena de producción.
Cabe recordar que, para la fabricación de estas baterías, los metales y materiales que se utilizan provienen de países en desarrollo. Los que utilizan vehículos de combustibles fósiles mucho mas contaminantes de los que se encuentran en la actualidad circulando en Europa. Por ello reducir el uso de estos materiales de cara a su fabricación y poder reutilizar los materiales de estás cuando un vehículo eléctrico llega al fin de su vida útil son acciones clave para reducir el impacto que generan.
Cabe destacar, que, aunque no generen emisiones cuando circulamos con ellos también utilizan un combustible, la electricidad.
Y el origen de esta es clave para saber si se aprovecha al máximo su potencial sostenible. Si para proporcionar la energía que necesitan estos vehículos recurrimos a centrales térmicas alimentadas con carbón, como las que podemos encontrar en Alemania, se estaría contaminando para generar esta electricidad. Por ello es vital apostar por que estos nuevos vehículos estén sostenidos por las energías renovables, que si se ven impulsadas a la par permitirían poder aprovechar al máximo el potencian sostenible de los vehículos eléctricos.
Por eso, no debemos olvidar que para poder conseguir todos los propósitos medioambientales exigidos y poder así tener un medioambiente más descontaminado, debemos apoyar las nuevas tecnologías como el coche eléctrico en toda su cadena de suministro, de principio a fin, para poder así alcanzar el máximo poder sostenible que nos ofrecen.