¿Es la Ciclologística la solución para reducir las emisiones de CO2 en la última milla? 

«¿Es la Ciclologística la solución para reducir las emisiones de CO2 en la última milla? «. Es un post elaborado por Kemberly Morales, alumna del Grado en Transporte y Logística para publicar en el Blog del Grado en Transporte y Logística UCJC

El transporte de paquetería con entrega a domicilio, debido al auge del ecommerce, sigue aumentando.

Lo que ha provocado, la aparición de nuevos modelos de distribución urbana de mercancías. Además, de complicar los problemas y retos de una operación que antes de esta situación ya era compleja. Uno de los retos más destacados a los que se enfrenta ahora el sector, es la necesidad de disminuir las emisiones de CO2 en el entorno urbano.

La ciclologística, o la entrega de mercancías utilizando bicicletas o triciclos, es una solución prometedora para reducir las emisiones de CO2 en la última milla de la distribución urbana de mercancías. Pues, este enfoque ofrece una serie de beneficios ambientales, económicos y sociales. Que, hacen que la opción sea atractiva para muchas ciudades y empresas.

En primer lugar, las bicicletas son vehículos de emisión cero.

Lo que significa que no producen gases de escape ni contaminantes atmosféricos durante su operación. Esto contrasta fuertemente con los vehículos de motor tradicionales, como camiones o furgonetas. Que emiten una cantidad significativa de CO2 y otros contaminantes. Al utilizar bicicletas para la entrega de mercancías en la última milla, se reduce drásticamente la huella de carbono asociada al proceso.

Además de su impacto ambiental directo, la ciclologística también ofrece beneficios indirectos para la calidad del aire y la congestión del tráfico.

Las bicicletas ocupan considerablemente menos espacio en la carretera que los vehículos motorizados. Lo que puede ayudar a reducir la congestión y mejorar el flujo de tráfico en áreas urbanas densamente pobladas.

Al reducir la necesidad de vehículos de motor en las calles de la ciudad, también se reduce la cantidad de embotellamientos. Y, por lo tanto, las emisiones asociadas con el tráfico lento y el ruido.

Además de los beneficios ambientales, la ciclologística puede ser una opción económica y socialmente viable. Las bicicletas son más económicas de adquirir y mantener que los vehículos de motor. Lo que se traduce en costos operativos más bajos para las empresas de distribución. También, genera empleo en el sector de servicios de entrega, proporcionando oportunidades de trabajo para los ciclistas locales.

Sin embargo, es importante reconocer que puede no ser adecuada para todos los tipos de entregas o todas las ubicaciones urbanas.

En áreas con topografía difícil, infraestructura vial deficiente o distancias largas entre puntos de entrega, las bicicletas pueden no ser la opción más práctica. Además, se necesitaría una infraestructura adecuada y segura, para apoyar eficazmente la ciclologística a gran escala.

En resumen, si bien la ciclologística no es una solución universal para la distribución urbana de mercancías. Pues, a día de hoy, el problema es complejo. Y, su solución, requiere del trabajo consensuado de todos los agentes implicados. Definitivamente, puede desempeñar un papel importante en la reducción de las emisiones de CO2 en la última milla. Su impacto ambiental directo, junto con sus beneficios económicos y sociales potenciales, hacen que sea una de las opciones más sostenible. Económica, social medioambientalmente hablando.

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