Sostenibilidad para la “última milla”. Es un post elaborado por Ángel Ortega Trigueros, estudiante del Grado en Transporte y Logística UCJC.                       

En los últimos tiempos y mucho más con la situación que vivimos actualmente. El e-commerce ha experimentado un crecimiento evidente.

Hace unos años, comprar online y recibir un paquete en 24h o menos, era  inusual o incluso impensable. Pero, ahora nos encontramos con que más de 1 de cada 10 personas recibe un paquete diario. Este flujo de paquetes tiene una doble cara. «Su coste medioambiental».

Muchas veces no nos paramos a pensar la huella de carbono que esto provoca. Y, es que la llamada “última milla”. Ese último transporte que se realiza en zonas urbanas. Y, que acaba en el hogar del cliente o en un lugar designado por este. Es el proceso en toda la cadena de suministro más costoso, ineficiente y de mayor impacto medioambiental.

Pues el transporte de mercancías es responsable de consumir aproximadamente el 50% del combustible total que se consume en la ciudad. Por eso, se hace necesario trabajar la sostenibilidad para la «última milla»

Y esto es solo el principio. Ya que, si seguimos con estas tasas de crecimiento. Se estima que el mercado de la logística urbana crecerá un 8% anual. En 2030 las emisiones por la última milla crecerían más de un 30%.  Aproximadamente 25 millones de toneladas anuales de Co2 que se sumarán a las emisiones globales de GEI (Gases de efecto Invernadero). Y todo esto no hace más que aumentar por la situación que el Covid está provocando a nivel global.

Por ello son muchos los que están planteando alternativas para convertir la “última milla” en un transporte más eficiente.

Algunas de las medidas que están tomando las empresas es electrificar la flota. Un ejemplo de esto es Seur. Que, en 2018 gracias a la actualización de parte de su flota aumentó su número de vehículos eléctricos. Y, logró disminuir hasta un 5,22% sus emisiones. Esta es una de las medidas que más se ven. Y, es que el uso de vehículos eléctricos resulta bastante popular.

Hay estudios que afirman que sustituir los vehículos de reparto por bicicletas eléctricas reduciría las emisiones en casi un 42%.

Pero no todo se centra en cambiar el medio de transporte por uno eléctrico. Por eso, es necesario optimizar las rutas de entrega. Y así,  evitar cuellos de botella del tráfico. Y a su vez, llegar a más puntos de reparto. Medidas que ya se realizan. Y,  que están ayudando a reducir las emisiones. También se apuesta por centros de recogida. Pues se reduce el número de desplazamientos para estas entregas y se mejoran las rutas planificadas.

Lo que está claro es que hay que empezar a actuar ahora. Con el fin de poder darle la vuelta al cambio climático. Y,  por ello los operadores de logística urbana tienen que hacer todo lo posible. Y así, conseguir un transporte eficiente en la última milla. Que sea rentable, eficaz y respetuoso con el medio ambiente.

Bibliografía:
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