Experiencia vital: Study abroad Freiberg. Este post ha sido elaborado por Carlos Carrillo del Olmo, estudiante del Grado en Transporte y Logística UCJC. Hablan los alumnos de su experiencia.
Todo comenzó con una reunión un miércoles cualquiera en la que nos iban a informar sobre un Study abroad en Alemania. En un principio, pensé que sería el típico viaje de fin de curso que se organiza cuyo fin no deja de ser disfrutar del ocio, pero al poco tiempo de avanzar esa reunión, me di cuenta de que poco tenía que ver con ello. Era un viaje puramente académico en el cuál, un total de 10 alumnos seleccionados por criterios de expediente y nivel de inglés podrían embarcarse en esa experiencia que nos dejó a la mayoría con la boca abierta. Rápidamente abrí mi correo y me inscribí lo antes posible ya que me parecía una experiencia única por la que muchos lucharían por ir y que pocas veces se tiene la oportunidad de realizar.
La comunicación para enrolarnos en la experiencia Freiberg
Al cabo de pocos días me llegó el correo deseado: “Congratulations! You´ve been selected to participate in UCJC´s International Week in Freiberg”. ¡Se había convertido en realidad!. Me iba a ir dos semanas a Freiberg con la UCJC a aprender logística, desde otro punto de vista. Hasta ese momento todo parecía perfecto, pero había pasado por alto un pequeño detalle: Iba a faltar dos semanas a clase con un temario que seguiría avanzando.
Ese mismo día pregunté a diferentes compañeros si les habían seleccionado también y la respuesta que más escuché fue: “al final no me presenté… me daba miedo descuidar las asignaturas de aquí”. Yo creo que ahí fue el primer azote de responsabilidad que me originó esta experiencia. Tenía que ser lo suficientemente responsable como para poder irme sin descuidar las asignaturas de España y, a la vez, poder disfrutar del viaje sin pensar en ello. Jugaron un papel importante en ello mis profesores, tanto Tomás como Marta, haciéndome ver que todo esfuerzo tendría después su recompensa. Y así fue!!!.
Llegado el día del vuelo, una vez todos reunidos ya en la puerta de embarque del aeropuerto, sin conocer prácticamente a nadie de los que íbamos, nos presentamos y nos pusimos a desayunar todos juntos. Yo aún no lo sabía, pero era el principio, de como dicen, una bonita amistad.
Llegada a la Universidad de Freiberg
Nada más llegar a Alemania, ya nos estaban esperando dos furgonetas listas para llevarnos a la que sería nuestra casa durante los próximos 15 días. La distribución de las habitaciones de la Pi-Haus fue súper cómoda. Desde el principio ya actuábamos como una gran familia. Gran parte de la culpa de esta situación, creo que fue debido a que íbamos personalidades muy diferentes entre sí. Dos alumnos de primero, tres alumnos de segundo, cuatro alumnos de tercero y uno de cuarto, y además de edades muy diferentes entre nosotros. ¡Parecía que nos habían elegido así a conciencia!. Una circunstancia así, te hace salir de golpe de tu zona de confort, conocer y escuchar diferentes puntos de vista de la carrera, enseñanzas, experiencias que, si no te encuentras en una situación así, no las habrías vivido.
Las actividades
Al llegar a la casa, la Pi-Haus, nos encontramos con el profesor Helmuth, nuestro anfitrión en Freiberg, el cual nos enseñaría la historia de la arqueología industrial de allí. Sí, ¡habéis leído bien!, ¡arqueología industrial!. Ese fue el punto quizás más agridulce que nos encontramos. No íbamos a estudiar ni a aprender la logística alemana, sino mas bien la gestión urbana del pueblo y su historia reciente. Al principio resultó extraño, pero conforme avanzaban los días fuimos comprendiendo todo lo que ese tema guardaba y nos fue entusiasmando más y más. Nos explicó con detalle cada una de las visitas que íbamos a realizar, y en un primer momento, seguido del hilo que comentaba, se nos volvió a fruncir el ceño al ver que no íbamos a visitar ninguna de las fábricas automovilísticas de las cuales los alemanes son pioneros, pero quedó en una anécdota ya que, al sugerirles la posibilidad de cambiar alguna visita por esta mencionada, lo hicieron sin problemas.
Desde el primer día nos recibieron con los brazos abiertos -todo lo abiertos que los pueden abrir los alemanes del este- y nuestra estancia allí fue maravillosa. Nos llevaron a conocer muchos lugares, muy interesantes, como una planta de gas en Dresde, un cable car de 1895, la planta de Volkswagen más moderna del mundo -donde se construían los nuevos VW Golf eléctricos-, una fábrica de algodón de 1809 -la cual fue mi proyecto final de esta estancia-, y otras muchas industrias de la zona.
Experiencia a nivel académico
A nivel académico fue una experiencial muy buena, y diría que única. Nos enseñó a ver y a entender diferentes temas que se escapaban un poco de nuestro sector, de nuestra zona de confort, pero que eran de lo más interesantes. Cabe destacar el entusiasmo y la pasión con la que nos explicaban cada una de las visitas. Era algo único: como revivían su pasado y como disfrutaban contándotelo todo, haciéndote partícipe de su historia, con el orgullo con el que la han vivido y la reconocen. Con el proyecto final, aprendimos a organizarnos con los diferentes alumnos alemanes, en inglés, y con diferentes maneras de actuar y de trabajar. Como suele decirse, “cada uno es de su padre y de su madre”, y si además tenemos en cuenta que los “estudiantes alemanes” eran de países diferentes, aún más. Pero eso no obstaculizó para nada el trabajo común que se tenía que realizar. Todo lo contrario, ayudó a que conectáramos de muy buena manera, aportando diferentes puntos de vista y poniendo en común lo aprendido en las visitas.
Experiencia a nivel personal
A nivel personal, fue otro mundo completamente distinto. Si a nivel académico había supuesto un punto de inflexión en el presente curso, lo vivido con mis compañeros -incluyo a los dos profesores que nos acompañaban porque allí eran uno más- fue aún más increíble. Desde el minuto 1, nos entendimos a la perfección. Os dejo una foto de nuestra primera cena juntos.
Este viaje me ha enseñado a empatizar con mis compañeros, a conseguir organizarnos como si fuésemos uno solo -aunque en realidad éramos doce-. Durante las visitas nos mostrábamos atentos y con ganas de aprender, pero a partir de las seis de la tarde que nos dejaban solos ya, actuábamos como una auténtica familia. Íbamos a la compra juntos, nos poníamos de acuerdo con todo lo que había que comprar, nos organizábamos que daba gusto -¡parecía que éramos unos verdaderos logísticos y todo!-. A la hora de desayunar, nos bajábamos a la cocina los primeros en ducharnos, y hacíamos el desayuno al resto. Las cenas más de lo mismo. El trabajo en equipo estaba a la orden del día y casi sin darnos cuenta. Creo que una de las claves de todo esto fue la confianza que depositaban en nosotros tanto Tomás como Rafa (los profes que nos acompañaron). Nos hizo ser responsables y a la vez comportarnos con empatía. Fueron uno más de nosotros y eso se agradeció de principio a fin. Hasta un día tuvimos que remolcar una furgoneta enfangada entre todos y conseguimos sacarla con un increíble trabajo en equipo. ¡No le pongo pegas a nada!.
Agradecimientos
Fue una experiencia increíble que creo que cada uno de nosotros debería vivir alguna vez en su vida. Hay que agradecer mucho a todas las personas implicadas para que esta oportunidad tan buena haya sido posible. Seguro que hay mucho trabajo detrás. Desde estas líneas, quiero agradecer a mis compañeros el trato que me dieron durante toda esta experiencia, todas las vivencias que hemos pasado juntos y la profesionalidad con la que lo hemos llevado a cabo. Esperaré pacientemente la llegada de los estudiantes alemanes, que pronto nos devolverán la visita a tierras españolas, para intentar que se lleven todo lo que yo me he traído de allí.
Gracias, Universidad Camilo José Cela, por hacer esto posible.
Estudiantes que disfrutaron de su Study Abroad en la Universidad de Freiberg (Alemania): Isabel López, Fernando Aguilar, Lutfullah Salimi, José Luis Morato, Raquel Bellés, Carlos Alonso, Hugo de Castro, Juan Manuel Taquechel, Mohanmed Benayad y Carlos Carrillo,
Profesores acompañantes: Tomás García (Universidad Camilo José Cela), Rafael Henández (Universidad Camilo José Cela), Helmuth Albretch (Universidad Freiberg) y Franz Dietzmann (Universidad de Freiberg)
Si quieres conocer más detalles sobre el Grado en Transporte y Logística (ver plan de estudios) de la Universidad Camilo José Cela puedes contactar con Marta Serrano Pérez y Tomás García Martín.