Sostenibilidad en el transporte marítimo, un post enviado por Lucía Zamora Fernández (estudiante del Grado en Transporte y Logística UCJC)
El sector del transporte se encuentra bajo intensa presión, en términos de sosteniblidad, para mejorar la eficiencia de sus combustibles. Las emisiones de CO2 están disminuyendo en otros muchos sectores. Sin embargo, existen dificultades en el sector para poner en marcha medidas de mejora. Estas vendrían dadas bien por un aumento de la eficiencia de los combustible o bien por la sustitución de los combustibles fósiles con otras alternativas más sostenibles. Por otra parte, el futuro del transporte dibuja un aumento en el tránsito de mercancías. Esto supone un reto de futuro desde el punto de vista de la sostenibilidad.
El transporte marítimo genera alrededor del 3% de las emisiones de CO2, en todo el mundo. Dentro del sector marítimo existen diferentes pautas técnicas, operativas y estructurales para ahorrar en energía. Una de las iniciativas propuestas dentro de la Organización Marítima Internacional entró en vigor en 2013. En ella se hace referencia a la prevención y disminución de emisiones de CO2. Para todos los buques nuevos, se exige un nuevo diseño que tenga en cuenta este aspecto. Para ello es precisa la formulación de un índice de diseño de eficiencia energética (EEDI) que está relacionada con la cantidad de emisiones de CO2 por transporte efectuado en relación con el tamaño del buque. La EEDI de un buque específico se compara con el límite máximo estipulado.
De este modo, se trabaja en iniciativas para reducir el consumo de combustible y las emisiones de CO2. También existen normativa sobre la regulación otros componentes en los gases de combustión. Por ejemplo, dióxido de azufre (SO2) y partículas en suspensión (PM), regulando el contenido de azufre en el combustible. Estas medidas intentan solucionar los problemas de acidificación y los riesgos de salud que causan los gases que desprenden los buques.
Otro de los contaminantes que se está regulando es el óxido de nitrógeno (NOX) cuyos límites de emisiones se instauraron en motores a partir del año 2011.
Propuestas de mejora
Entre las posibles propuestas de mejora de la eficiencia del transporte marítimo, podemos encontrar dos bloques. Uno que afecta al diseño del buque y su combustible, mientras que el segundo afecta a sus operativas.
Propuestas de diseño
- Mejoras en el diseño naviero. Producción de motores y sistemas de propulsión eficientes para un mayor rendimiento energético. Los nuevos diseños de buques comienzan con un análisis que detallan otros factores. El tipo de mercancía que transportará, métodos de estiba, tiempos de maniobra y rutas a realizar.
- Combustibles alternativos. El gas natural licuado puede llegar en el futuro a reemplazar al petróleo en una gran parte de la flota. El gas natural es un combustible fósil, y como el fueloil, contribuye a aumentar los niveles de CO2. Sin embargo, sus emisiones son menores. También se trata de un combustible que produce menos óxidos de azufre y de nitrógeno. Esto convierte al GNL en una opción sostenible pero solo para diseños nuevos. Las modificaciones y readaptación de motores convencionales son más caras que las embarcaciones completas actuales.
Propuestas operativas
- Políticas e incentivos. Aplicación de un impuesto internacional sobre las emisiones de CO2. La recaudación se invertiría en sistemas tecnológicos que moderen las emisiones de CO2 en el transporte marítimo.
- Medidas operativas. Ejecución de las operaciones (origen-destino) a baja velocidad con el fin de reducir las emisiones de C02. La eficiencia en la planificación de las rutas y eficiencia portuaria también es importante. Esto reducirá los tiempos de despacho, carga y descarga en el puerto.
- Promover la electricidad costera. El combustible que se consume en el muelle se destina principalmente para producir electricidad. Esta es necesaria para poner en funcionamiento las instalaciones para pasajeros y tripulantes, como aire acondicionado, cocina, bombas que cargan y descargan el contenido de los buques cisterna. Esto produce problemas importantes en materia de ruido y emisiones contaminantes. Cuando estas se producen en alta mar, las afecciones son despreciables, al contrario que en las dependencias portuarias. Las ciudades donde se ubica el naviero podrían estar sometidas a un mayor riesgo para la salud de sus habitantes.
Nota: este post se ha generado en el ámbito de la materia de Gestión Ambiental del Grado en Transporte y Logística (Ver plan de estudios) de la Universidad Camilo José Cela (Marta Serrano Pérez y Tomás García Martín).
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