La aparición de nuevos escenarios tecnológicos y el desarrollo de procesos innovadores están incidiendo en la cadena de suministro. En su modernización y tecnificación. Esto, está dando lugar a transformaciones imprevisibles. Se generan situaciones de colapso incontroladas y que no permiten que los proveedores puedan adaptarse a las cambiantes demandas de consumidores y mercados. Los fabricantes están sometidos a una presión constante. Que exige la simplificación de las operaciones, la reducción de costes y la adaptación de la comercialización a los nuevos hábitos de consumo.
Los cambios se producen de manera vertiginosa y los procesos convencionales de la cadena de suministro ya no son capaces de hacer frente a la demanda.
Hasta hace muy poco tiempo, se creía que el desarrollo de la tecnología y su papel en la “Industria 4.0” era un escenario futurista. Basado en conceptos a medio o largo plazo. Sin embargo, el futuro ha llegado mucho antes de lo esperado. La revolución de la cadena de suministro digital está siendo impulsada ahora por una combinación entre el internet de las cosas, el mantenimiento predictivo, la fabricación inteligente y la robótica. Todo esto apunta inexorablemente hacia el desarrollo de una cadena de suministro más automatizada.
Los últimos eventos y congresos que reúnen a los expertos de las mayores empresas involucradas en las diferentes cadenas de suministro están poniendo de relieve la importancia de los procesos de digitalización de la industria de fabricación. Así como, la necesidad de considerar como aspecto crítico la centralidad del cliente. En torno a la que giran los procesos de producción y la comercialización.
El desarrollo de la tecnología 4.0 y la digitalización de procesos están favoreciendo la transformación de la cadena de suministro hacia escenarios más automatizados y viables para fabricantes y minoristas.
En realidad, parece que se están generando oportunidades más viables para competidores más pequeños, jóvenes y ágiles. Capaces de adoptar e implementar fácilmente las nuevas tecnologías. A la vez, que los retos aumentan para los operadores preexistentes y de mayor tamaño. Ahora, sus dificultades se centran en la necesidad de una nueva organización de la producción. Basada en el uso más responsable de la alta tecnología, orientada a la demanda y centrada en el cliente.
El análisis de la situación converge hacia clientes cada vez más cercanos a los procesos de fabricación. Con expectativas nunca vistas hasta ahora. Exigiendo una fabricación personalizada y la necesidad de obtener experiencias perfectas en sus procesos de compra.
Esto exige lograr una visión completa desde el punto de vista del cliente. El proveedor debe generar una estrategia de retroalimentación que permita conocer las preferencias de sus clientes. Tiene que satisfacer los requisitos en continua evolución a lo largo de la cadena de suministro.
Además, la tendencia supone que la retroalimentación por parte del cliente debe llevarse a cabo en tiempo real. Por lo que será necesario apoyarse en tecnologías capaces de garantizar la información a través de todos los puntos de contacto. Es decir, debe incluir el soporte al cliente, las plataformas colaborativas basadas en la nube y los dispositivos móviles.
Por último, una estrategia eficaz centrada en el cliente requiere diseñar una serie de KPIs que puedan medirse en tiempo real mediante puntuaciones NPS. Midiendo éstas el grado de satisfacción del cliente, así como la capacidad de fidelización del mismo.
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