La profesora del Grado en Enfermería de la Universidad Camilo José Cela, Raquel Moreno, nos vuelve a recordar en el Día Mundial de la Reanimación Cardiopulmonar, la importancia que tiene concienciarnos, y concienciar a toda la población de que el aprendizaje de las maniobras de reanimación cardiopulmonar puede salvar vidas, y que aprender estas técnicas es muy sencillo y no tiene límite de edad.
Recordar que la muerte súbita es un importante problema de salud en nuestro país, donde se producen más de 25.000 muertes al año, 350.00 en Europa. En el 80% de los casos este evento se produce en el entorno más cercano de las víctimas, habitualmente fuera del hospital, de ahí la importancia de que sean las personas más cercanas al paciente (testigos, familiares, amigos, etc.) las que inicien las maniobras de reanimación. Sin embargo, la realidad nos dice que sólo 1 de cada 5 personas reciben ayuda en el momento que presentan una parada cardíaca, lo que hace que la supervivencia sea muy reducida, estando en torno al 10 %.
La causa más común de parada respiratoria es el atragantamiento. La muerte por atragantamiento en España afecta a 1.400 personas al año. Cifras aterradoras si pensamos en lo sencillo que sería evitarlas.
Lo más importante es aplicar unas medidas básicas de prevención como cortar los alimentos en trozos pequeños, masticar lentamente, no comer mientras se camina, evitar que los niños jueguen con objetos muy pequeños, evitar la ingesta de alcohol antes y durante las comidas, tener cuidado al usar prótesis dental, etc.
Si la persona atragantada puede emitir sonidos y toser, se trataría de una obstrucción leve, una circunstancia en la que expulsaría el objeto tosiendo con fuerza. Si no sucede esto, se realizarán una serie de golpes en la espalda con el cuerpo del sujeto inclinado.
En caso de que la obstrucción sea grave, se pasará a realizar la maniobra de Heimlich que consiste en abrazar por la espalda al sujeto con los dos brazos y presionar sobre el abdomen hacia el estómago, justo por encima del ombligo, con una mano cerrada y la otra recubriendo la primera. «Esta sencilla operación puede, en pocos segundos, liberar la vía aérea de una obstrucción por un cuerpo extraño» afirma Raquel Moreno, profesora en la UCJC.
La mayoría de las obstrucciones son leves, pero otras pueden hacer que una persona entre en parada cardiorrespiratoria por falta de oxígeno y fallezca. Si la persona pierde el conocimiento como consecuencia de la obstrucción se procederá a tumbarle y practicarle la RCP.
Con el objetivo de mejorar la salud y la calidad de vida de las personas ante situaciones de emergencia vital, ¡aprendamos a salvar vidas de una forma sencilla! La UCJC te lo recuerda.