Los estudiantes del Grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de la Universidad Camilo José Cela practican con la docente Obdulia Tejón López el desarrollo de charlas para padres cuyos hijos compiten en categorías inferiores a lo largo de la temporada deportiva. Los contenidos y las herramientas se trabajan en la asignatura Psicología de la Actividad Física y del Deporte.
La relación entre entrenadores y padres en categorías infantiles es fundamental tanto para el desarrollo integral del deportista, el buen funcionamiento del equipo y la lucha contra la violencia en el deporte. En la actualidad, empiezan a desarrollarse las llamadas “Escuelas de Padres”, lugares de encuentro para padres y entrenadores donde se exponen dudas, normas de funcionamiento, planificación deportiva, así como el código de buena conducta de los padres en los entrenamientos y en la competición. Estas escuelas ya están implantadas con éxito en países nórdicos como Suecia y Finlandia.
Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia, explica en el periódico El Confidencial que “este asunto es de vital importancia (…). Hay dos líneas claras de actuación: formación de padres, entrenadores y clubes, primero; y luego incorporación a las federaciones de programas de educación cívica y valores en el deporte, centrados sobre todo en los entrenadores”. Incide en que “los técnicos necesitan una formación en esta materia”. En este sentido, los discentes de la UCJC trabajan en el aula herramientas para reforzar los valores inherentes a los deportes de equipo, que en ocasiones se olvidan durante los enfrentamientos deportivos escolares, tales como respeto, cohesión de equipo, altruismo, solidaridad y rivalidad sana.
La relación padres-entrenadores se torna así en un binomio fundamental para promover cambios desde las competiciones escolares. Puesto que como Ibarra destaca: «hay que dar un toque humanista al deporte de base para evitar en el futuro los insultos y los cánticos que incitan a la violencia y al odio. No podemos olvidar que hablamos de un juego, pero los jugadores, desde temprana edad, miran al equipo al que se enfrentan como el enemigo, no como el rival. Y ahí también incluyo a los padres, que parecen formar parte de un ejército. Al final, en resumidas cuentas, esto sino se convierte en una selva”.