1.-¿Quién es Verónica Rojas y a qué se dedica?
Soy Verónica, tengo 29 años y soy graduada en Fisioterapia y licenciada en Ciencias de la actividad física y deporte. Combino ambas formaciones para tratar de ayudar a mejorar a las personas con lesiones o disfunciones motoras que no les permiten seguir disfrutando de su tiempo de ocio, o a las que se les hace imposible aguantar su día a día a causa del dolor.
Me gusta verme así.
2.-¿Cómo se llama tu clínica y a qué tipo de pacientes se enfoca?
El nombre de la clínica viene de la importancia que creo que tiene para todo profesional sanitario el conocimiento de la anatomía y el cuerpo, su nombre es Human Body. No existe un tipo de paciente concreto, porque cada persona es diferente respecto a sus objetivos, pero podría decir que la mayoría tiene un perfil de persona activa o deportista (de un rango de edad bastante amplio) que ha tenido una lesión recientemente o que arrastra alguna disfuncionalidad que le impide seguir con la actividad o desarrollarla correctamente.
Son personas que van a necesitar también algún cambio de patrón de movimiento en la técnica para mejorar, por lo que les doy muchas pautas motoras y ejercicios complementarios para que desaparezca su dolor.
3.-¿Cómo surgió tu idea de negocio?
Siempre he tenido la idea de que la Fisioterapia últimamente se ha vuelto muy pasiva, o eso me lo parece después de varios estudios de posgrado. Cuando uno de los pilares de esta profesión es el movimiento activo.
Creo que se puede conseguir muchas mejoras incluyendo este tipo de trabajo, y por eso quise llevar ese concepto que había visto en centros especializados a un lugar donde yo estuviera cómoda trabajando.
4.-¿Qué te motivó a emprender?
Cuando trabajaba para otras personas siempre tuve el sentimiento de no estar trabajando 100% como yo quería, y aunque estos últimos años sí que he podido desarrollar mi actividad en un entorno bastante cercano a mi idea de la Recuperación Funcional, el sentimiento de querer tener algo mío y con mis propios recursos me parecía una idea que no tenía por qué estar tan lejos.
Conocí a muchos profesionales que me inspiraron, y de otros pude aprender aquello que no coincidía con mi forma de pensar. Así que todo esto me hizo pensar mucho sobre la posibilidad de arrancar mi propio concepto de la Fisioterapia, pero sobretodo unos excelentes compañeros.
5.-¿Cómo conseguiste la financiación inicial para poner en marcha tu clínica? ¿Cómo empezaste?
He podido ahorrar un poquito durante unos años para un pago inicial. A parte de esto, tengo la inmensa suerte de que mis padres me han querido/podido ayudar un poco más para prestarme el dinero que me faltaba para embarcarme en esta aventura. Les devolveré todo lo que han tenido la amabilidad de dejarme, pero nunca les podré devolver la seguridad que me han aportado y lo que han hecho por mí.
Muchos trámites legales y contacto con empresas para las obras y aspecto de la clínica han sido gracias a la ayuda de mi pareja, familia y amigos, por lo que siento este proyecto tiene parte de todos ellos.
6.-¿Cuáles son las principales dificultades que has enfrentado como emprendedora?
Lo que peor he llevado es la cantidad de tiempo que se pierde en los estamentos públicos para hacer las gestiones legales del local. Sobre todo porque no he dejado de trabajar como tal mientras estaban ocupándose de las obras. Ir a buscar el mobiliario, materiales, que cada vez salga un imprevisto que hay que solventar… digamos que todo lo que se escapa al terreno estrictamente de «fisioterapeuta».
7.-¿Qué es lo más satisfactorio de emprender?
Hay muchas pequeñas satisfacciones dentro de emprender. Una de ellas podría ser la motivación por aprender cosas nuevas como, por ejemplo, el tema del marketing digital, que tan pocas veces veo que utilicen las clínicas o profesionales sanitarios (aunque cada vez más). También me encuentro con la posibilidad de ser divulgadora científica o de evidencias dentro de un universo de bulos, vicios sanitarios o creencias infundadas, lo cual también me motiva muchísimo, sobre todo por el feedback que me dan las personas que se interesan por ese contenido. Vivimos en la era de la información y la «desinformación», por lo que tiene doble importancia ser rigurosa, útil y válida.
Por otro lado, dentro de lo que te aporta día a día esta profesión, mi máxima es la felicidad de la gente que pasa por la clínica, sin duda. Y es el motor que me mueve. Ver que eres capaz de ayudar a alguien a sentirse mejor, a hacer cosas que antes no podía, o a recuperarles para alcanzar una de sus grandes ilusiones en la vida. Eso es lo mejor, y no se alcanza emprendiendo como tal, pero cuando tienes la certeza de que las herramientas que tienes van a ayudar al 99% de las personas que pasan por tu clínica, es básico para sentirte segura.
8.-¿Cuáles 3 consejos das a otros emprendedores y fisioterapeutas que están empezando?
Disfruta del proceso de aprendizaje, porque todo llega, por muy lejos que parezca estar el objetivo.
Que nos vamos a equivocar muchas veces, pero que eso está dentro de nuestro enriquecimiento personal y profesional.
Pero que nunca admitan quedarse atrás, ni permanecer demasiado tiempo en la zona de confort porque lo que no se mueve, se muere.