Mi nombre es Iker Plaza, estudiante del Grado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte de tercer año en la Universidad Camilo José Cela. Desde hace unos años, exactamente los mismos que llevo en la universidad inicié mi proyecto dentro del mundo del CrossFit. Primero formando parte del grupo y después, tras diversas formaciones y con la experiencia de muchos años entrenando y compitiendo en otras disciplinas, pasé a ser entrenador. Es un mundo complejo y muy competitivo, en el que hacerse un hueco es difícil puesto que por el momento somos pocos, y los que ya forman parte del colectivo son tremendamente buenos. Un año atrás pasó por delante la oportunidad de dar el salto al campo de los emprendedores o autónomos y empezó una larga carrera que aún continúa.
Es en este punto donde salen a relucir todos los conocimientos que en estos años se han ido adquiriendo, desde la gestión a la biomecánica. Todo en conjunto ha llevado a la creación de un nuevo proyecto con nombre propio, CrossFit Salacia. Ubicado en el barrio de Las Rosas, CrossFit Salacia surge de la compenetración entre grandes profesionales con los que durante largos meses he estado gestando su puesta en marcha. Conforme se fue acercando la fecha de apertura vas siendo consciente de lo difícil y la gran cantidad de complicaciones que se pueden cruzar en el camino, sin embargo, hoy en día puedo decir que merece la pena.
Quedarse sentado en puestos de trabajo que no requieren mucho más que algo de atención es fácil, verte implicado dentro de un proyecto como este te hace ver otro lado precioso de esta profesión. No es solo la gestión de un centro a niveles económicos, la importancia está en que todos esos atletas que entran por la puerta salgan habiendo mejorado un poco más su vida, sus capacidades y habilidades.
Es por ello que animo a todas esas mentes inquietas que tienen algún miedo a emprender que lo hagan, porque tanto las victorias como las derrotas nos hacen aprender y nos enseñan a trazar un nuevo camino