Paula Iniesta Carrasco
Estudiante de 3º curso de Periodismo y Protocolo & Organización de Eventos
Segundo año consecutivo que participaba en Aula, no por ello con menos ganas, porque mis compañeros cambian y esto siempre es uno de los retos que tenemos: hacer equipo. Tras varias reuniones por fin llega el día en que todo un reto se pone ante nosotros. Mucho que demostrar, mucho por ayudar. Todo estaba perfectamente montado, todo colocado, todos siendo UCJC. Uno de mis momentos favoritos llega, se abren las primeras puertas, el primer día. Estamos preparados y lo más importante a estas horas todavía estamos sonriendo.
Empiezan a llegar los primeros chicos con cara de preocupación y comienzan a irse convencidos. Sobre todo son escuchados, que al final es la clave de todo esto. Aún recuerdo perfectamente cómo me sentía yo, y siento todo el rato que estoy haciendo algo que yo necesité. Y ver que ahora los roles han cambiado y yo elegí bien da orgullo y mucha satisfacción, y hace que puedas entenderlos perfectamente.
Son días muy intensos, eso es verdad, pero al final te vas a casa con una bonita sensación. Se han ido contentos gracias a que has hablado con ellos, gracias a que has compartido tu propia experiencia y gracias a que han visto en ti un referente. Este año me tocó vivir una sensación que no había experimentado antes, recuerdo perfectamente las caras de una chica y sus padres cuando vinieron a decirme que ya estaba inscrita en la universidad y que estaba encantada con la idea, ya no podía pensar en otra cosa. Y ahí vi toda la gratitud que te regala Aula.
No sería lo mismo sin el equipo, esas muchas personas que formamos Aula y que hacemos de los descansos momentos de desconexión y de las muchas horas un trabajo mucho más ameno. Desde el equipo de Promoción, que nos miman demasiado, hasta todos los compañeros de diferentes grados que te cuentan sus casos. Es muy enriquecedor poder compartir diferentes formas de vivir la universidad y de ir creciendo personalmente. La mayoría no nos conocemos, pero acabamos siendo confidentes y algunos de nosotros teniendo grandes amistades fuera del ámbito universitario.
Muchos son los valores que definen Aula pero las sonrisas no se pueden explicar con palabras, es una realidad que conseguimos todos los que estamos allí. Para mí es una semana intensa, llena de emociones, porque intento abrirme y dar lo mejor de mí para que otros puedan llenarse de ilusión con lo que puede ser su futuro. El poder ver las diferentes familias que vienen a vernos es realmente curioso, esas miradas de aprobación, esos gestos de «papá yo quiero ir a esta universidad», son para mí un flashback que yo viví hace ya tres años. El parar por una semana, romper con tu rutina y dedicarte a ayudar sólo se puede definir con un eterno GRACIAS por ver en mí lo que yo sé que hay en mí.