Hace cinco décadas Olweus (1970) comenzó a estudiar de forma sistemática el fenómeno del maltrato entre iguales en el ámbito escolar, siendo ampliamente reconocido como un pionero de la investigación sobre el acoso escolar mejor conocido como bullying.
Se entiende por ciberbullying como resultado provocado entre iguales de la unión del bullying, que es una formas de violencia que más afecta a los estudiantes de todas partes del mundo, en conjunto con la tecnología forma el llamado fenómeno de cyberbullying. El cyberbullying es aquel subtipo de acoso indirecto que ejerce uno o más sujetos respecto a otro de manera intencional, abusiva (provocando una relación de desigualdad entre los adolescentes) y persistente a través de las nuevas tecnologías y las redes sociales (Smith, 1989).
El ciberacoso es toda amenaza, hostigamiento, humillación u otro tipo de molestia, realizadas por un adulto contra otro adulto, por medio la tecnología, tales como Internet, móviles, tablets, redes sociales, etc.
No se debe confundir: cyberbullying con ciberacoso. El cyberbullying se da entre dos iguales, es decir entre niños o adolescentes, en el ciberacoso o acoso cibernético están involucrados adultos.
El cyberbullying y el ciberacoso no debe tener una consideración diferente de la intimidación física que tiene lugar en la vida real. La intimidación es intimidación, con independencia del entorno en el que se produzca. Es de especial gravedad las situaciones provocadas por el ciberacoso o cyberbullying, ya sea a través del teléfono móvil o a través de la Red, porque radica en su rápida divulgación y en su permanencia, la intimidación por medios tecnológicos puede producirse en todo momento y alcanzar lugares y situaciones seguros para la víctima, tales como el hogar. Además, se puede llevar a cabo anónimamente, dificultando la identificación del agresor. (ORANGE Y INTECO, 2010)
Ab.Laysa Méndez
Alumna del curso Experto en Derecho de las TIC y Compliance
Universidad Camilo José Cela