Benito Pérez González – Director del Instituto de Ciencias del Deporte UCJC
Yago Lamela falleció el pasado jueves 7 de mayo en su localidad natal de Avilés. Escribo estas líneas bajo la conmoción, compartida con toda la familia del deporte, muy especialmente la del atletismo, a la que yo personalmente me siento más unido, por ser Monitor Nacional de Atletismo, y haber compartido muchas horas y desplazamientos con atletas populares y de élite. Muchos conocíamos a Yago, una persona extremadamente sensible y humana. Descanse en Paz.
Como deportista, podemos decir que Yago Lamela fue uno de los mejores talentos naturales para el deporte de toda la historia de España. Era, y será difícil que alguien le iguale, el mejor saltador de longitud español de todos los tiempos. Las lesiones le apartaron, muy joven aún, de la élite, pero en apenas 4 años consiguió que los concursos de atletismo -saltos y lanzamientos- fueran seguidos masivamente en nuestro país, donde hasta la fecha sólo teníamos grandes competidores en las disciplinas de medio fondo y de fondo. Luego vinieron Manolo Martínez en peso y Carlota Castrejana en triple salto – ya retirados los dos de la competición-, y Ruth Beitia en salto de altura, Eusebio Cáceres, también en longitud, y Javier Cienfuegos, en martillo, que compiten entre los más grandes del atletismo mundial. En cierto modo Yago tiró la puerta abajo y ayudó a abrir el deporte español a nuevas disciplinas.
Yago era estudiante de informática y tenía previsto hacer este verano el curso de entrenador de atletismo en la RFEA. Un fallo cardíaco se le ha llevado, pero en nuestra memoria quedarán sus hazañas deportivas y sus esfuerzos por disfrutar con plenitud de la vida, y por formarse humana y académicamente. Esto último es algo que apreciamos especialmente en nuestra Institución, tal y como recuerda nuestra presidenta, Nieves Segovia en su artículo «Nieves Segovia, en la unión del deporte y la educación».
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