Pensamiento Visible: rutinas para enseñar a pensar

El pasado 15 de marzo, la Facultad de Educación UCJC y Colegios Internacionales SEK recibimos la visita virtual de Faraday Delacamara, formadora de Project Zero, centro investigador de la Facultad de Educación de Harvard. Nos habló de la importancia de hacer visible el pensamiento de nuestros estudiantes, con el fin de integrar sus pensamientos con los contenidos curriculares y el desarrollo competencial. ¿Por qué esto es importante para los/as maestros/as? Como educadores, la exploración de estrategias efectivas para fomentar la comprensión profunda y el pensamiento crítico de nuestros estudiantes es una constante búsqueda. En este viaje, una metodología que ha emergido como una poderosa herramienta es el Pensamiento Visible y sus Rutinas de Pensamiento asociadas.

¿Qué es el Pensamiento Visible? En esencia, se trata de hacer visible el proceso de pensamiento a través de diversas prácticas y técnicas. No es solo sobre lo que los estudiantes aprenden, sino cómo lo aprenden.

¿Qué son las Rutinas de Pensamiento? Son prácticas específicas diseñadas para cultivar diferentes aspectos del pensamiento. Proporcionan una estructura para explorar, comprender y reflexionar sobre ideas y conceptos. Desde el análisis de evidencias, hasta la generación de preguntas significativas, estas rutinas ofrecen un marco sólido para el desarrollo intelectual y competencial.

Algunos tipos de rutinas de pensamiento son:

  • Analizar – Sintetizar – Conectar: Los estudiantes descomponen un tema en partes, luego sintetizan esas partes en una comprensión más amplia y buscan conexiones entre diferentes aspectos, lo que facilita la comprensión profunda,
  • 3-2-1 Bridge: Los estudiantes identifican tres ideas importantes, dos conceptos que encuentran interesantes y una pregunta que tienen después de aprender sobre un tema.
  • Veo, Pienso, Me Pregunto: Esta rutina anima a los estudiantes a compartir sus observaciones, pensamientos y preguntas sobre un tema específico, fomentando la comunicación y el intercambio de ideas.

La integración de estas rutinas de pensamiento en el aula no solo enriquece el proceso de aprendizaje, sino que también empodera a los estudiantes para convertirse en pensadores más independientes y reflexivos. Al hacer que el pensamiento sea visible, se promueve una cultura de indagación y colaboración. Además, ofrecen un enfoque dinámico y efectivo para cultivar habilidades de pensamiento crítico, metacognición y comprensión profunda. Al hacer que el proceso de pensamiento sea transparente y accesible, se abre la puerta a un aprendizaje más significativo y transformador.

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Isabela García Senent
Carmen Sánchez

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