Desde el departamento de enfermería comenzamos el 2020 hablando sobre el dolor.
Como sanitarios, no podemos ni ver ni sentir el dolor del paciente. Muchos pacientes encuentran dificultades para comunicarnos a los profesionales sanitarios el dolor que sufren.
El dolor es una experiencia subjetiva que sólo puede evaluarse por declaración de quien lo sufre, utilizando instrumentos validados y adecuados a la situación de cada persona.
La International Association for the Study of Pain (IASP) define el dolor como “una experiencia sensorial y emocional desagradable, asociada a una lesión tisular presente o potencial, o descrita en términos de tal lesión”.
Desde la enfermería es importante la valoración del dolor de forma programada (cada 6 o 8h), valorar el dolor post analgesia, anticiparse al dolor valorando el dolor después del procedimiento y complementar con medidas analgésicas no farmacológicas como son técnicas de relajación, calor…
Desde distintos protocolos de diferentes hospitales se apuesta por abordaje del dolor desde un equipo multidisciplicar, a la hora de abordar el tratamiento del dolor, donde las tareas de cada profesional sean similares a:
- ENFERMERA: Valoración del dolor y manejo, administrando el tratamiento prescrito y siguiendo las pautas del manejo no farmacológico del dolor establecidas en la unidad.
- MÉDICO: Valoración del dolor y manejo, estableciendo la pauta analgésica en función del tipo de dolor, intensidad y plan de cuidados.
- SUPERVISORA DE LA UNIDAD: Velar por el cumplimiento de las recomendaciones establecidas en este protocolo.
- FISIOTERAPEUTA: Pautar ejercicio terapéutico y aplicar agentes físicos para el tratamiento del dolor.
- AUXILIAR DE ENFERMERÍA: Colaborar en el manejo no farmacológico del dolor.
- CELADOR/A: Movilización del paciente evitando posturas que puedan resultar dolorosas.
En distintos protocolos vemos que la escala EVA del color es muy utilizada, se trata de una escala visual analógica (EVA) del dolor. Un extremo representa la ausencia de dolor y el otro extremo representa el dolor máximo (10). Ambos están unidos por una línea horizontal de 10cm. Se explica el procedimiento al paciente y se le invita al paciente a señalar en la escala cuánto dolor tiene. Según el cm que haya señalado el paciente el valor de dicho autoinforme se extrapola a un valor numérico. El paciente puntuaría del 1 al 10 el dolor percibido, recordemos que el dolor es una sensación subjetiva y cada personal tiene un umbral del dolor distinto.