Profesor: Adrián Nicolás Marchal González
Abogado y Licenciado en Criminología
En la actualidad, acudimos a la psicología criminal, para obtener una respuesta a todos aquellos comportamientos criminales cometidos por una persona, con la finalidad de erradicarlos y prevenirlos en un futuro.
Dentro de las diferentes teorías para definir a un delincuente, tendríamos las siguientes:
- Teorías biológicas: Son deterministas, se basan en encontrar en el sujeto un factor genético u orgánico que empuja al delincuente
- Teorías sociales: Estas teorías defienden que el delincuente es una persona empujada por la sociedad, llegando a considerar al delincuente una víctima de la sociedad o de su entorno más cercano.
- Teorías legalistas: Inciden en el valor de las responsabilidad, moralidad y ética. Este tipo de teorías inciden en que el delincuente lo es porque quiere, cuando un delincuente comete un delito, a sopesado las consecuencias y por eso, decide delinquir.
- Teorías psicológicas: Se centran en el individuo, y para la psicología lo determinante es que este individuo reúne una serie de características peculiares que cuando entran en conjunción con lo biológico, social, ético-moral… Acaban en delito.
A las anteriores teorías, le son de aplicación una serie de factores antagónicas que actúan en todos y que son necesarios tener en cuenta:
- Factores de inhibición: Son todas aquellos factores que nos motivan para valorar nuestros actos, nos incitan a ser responsables y nos permite ver las consecuencias. Un de estos factores de inhibición es la pena a la que se enfrenta una persona por realizar un hecho delictivo, por lo que la pena actúa como una amenaza o coacción para que un sujeto no lleve a cabo (prevención general)
- Factores precipitantes hacia la delincuencia: Estos factores precipitantes nos están afectando constantemente, y al final acaban afectando a nuestra conducta. Este conflicto ha sido estudiado durante mucho tiempo por la psicología y psiquiatría, la psiquiatría entiende que el crimen es una forma de enfermedad, pero es una enfermedad especial, ya que en vez de afectar al cuerpo, afecta a la sociedad, víctima de la enfermedad del delincuente. En cambio la psicología admite que algunos delincuentes pueden estar enfermos, pero la mayoría no lo están, la mayoría de los delincuentes son el resultado de la confluencia de su historia personal, sus conductas y su personalidad.
Es por ello que cuando una persona ha delinquido, acudimos a la psicología criminal, para poder realizar los estudios pertinentes de los diferentes comportamientos antisociales y delictivos llevados a cabo por la persona, ya que en muchas ocasiones, las conductas antisociales pueden ser la antesala del delito. Teniendo en cuenta aquellas acciones que se tipifican como delito y por otro lado, los comportamientos, rasgos, variables, que de un modo u otro se relacionan con el delito.
Debido a que el delito se produce por una situación que lo rodea y ante la que el sujeto es vulnerable. Interesa saber ¿Por qué ha delinquido?
Como consecuencia, la psicología criminal está orientada en describir y comprender la personalidad del criminal, y en segundo lugar, describe y comprende los factores determinantes de esa personalidad.
Por todo lo anterior, es por lo que se empezó a estudiar al criminal y las diferentes variables que lo rodean para poder saber más sobre el fenómeno de la criminalidad y como erradicar o prevenirlo.
A comienzos del siglo XIV se empiezan a publicar las primeras disposiciones restrictivas, y es en este momento cuando la brujería se convierte en algo público y notorio, se convierte en algo que se puede castigar, el propio modelo jurídico de la época lo configura como delito, ello da lugar al aquelarre y entorno al año 1400 se empieza a acuñar la herejía (traición de dios), la primera vez que aparece el concepto de herejía fue en el concilio de Letrán en 1215, pero la herejía no llega a convertirse en delito sino hasta el año 1375, es cuando se da orden explícita a la inquisición de perseguir la herejía, y en 1484, el papa Inocencio XVIII, publica la bula «summis desiderantes affectivus» es a partir de esta bula, cuando se dice que se tiene que perseguir, quemar y matar a las brujas.
En 1490, aparece el primer manual de Criminología «martillo de brujas», es el primer texto de la historia que pone al servicio de la ley, una serie de instrumentos, mecanismos y actividades que se deben de hacer para cazar a las brujas. Lo que promulga este libro es: «Satanás y sus seguidores existen, si alguien duda de que exista, es un pecador«, por tanto el mero hecho de negar que haya brujas o seguidores del diablo, te hace sospechoso.
Es en este momento cuando se pone de moda la figura del «cazador de brujas», eran gente especializada en buscar la marca del diablo, deformaciones físicas, marcas, secuelas…
Luis Vives fue el primero en decir que la brujería no era otra cosa que una enfermedad mental, apareció gente que decía que se podía medicar, y en torno al año 1600, empieza a aparecer el movimiento de profesionales «anti-caza de brujas», los primeros psiquiatras, fundamentando su medicina en la ciencia moderna, empiezan a hablar como una enfermedad mental, como un conjunto de elementos fisiológicos y sociales.
Paolo Zacchia, publicó una serie de cuestiones medico-legales, donde marcó el origen del concepto moderno jurídico-legal, estimando que las conductas criminales podían deberse a 3 causas:
- Causas fatuitas: Personalidad inmaduras o psicopáticas.
- Causas insania: Enfermedades de carácter emocional, trastornos emotivos, neurosis…
- Phrenitis: Alteraciones mentales con base orgánica.
Debido a todas estas teorías, la iglesia empieza a perder poder, y por consiguiente, los procesos en contra de la brujería también, el último proceso contra las brujas en Europa tuvo lugar en Italia en 1791.
Pero esto no quiere decir que a las brujas se las dejase de perseguir, simplemente se les dio un tratamiento más adecuado, pasaron de ser vistas como delincuentes a personas con una serie de trastornos mentales, se las trataba psicológicamente por locura.
En consecuencia, al dejarlas de perseguir por la gracia divina, se sustituye dicho concepto por el intereses de la salud social, consecuencia, el enemigo interno era una persona loca, de tal manera que se abre de par en par la idea de la mentalidad criminal, es decir, existen personas que por sus características son criminales, por lo que a estas personas se las excluye de la sociedad. Así es como nace el concepto de la mente criminal.
Entonces es cuando se empiezan a dar las asociaciones alienistas, estas personas son expertos en la mente criminal, y se empiezan a hacer preguntas algunas de las siguientes preguntas: ¿Cómo se desarrolla este tipo de mente?, ¿Cómo las vamos a tratar?…
William Battie, cuando la caza de brujas entra en la marginalidad jurídica y se empieza a hablar de la bruja en términos humanos, este humanitarismo se extiende, y alcanza a todos los inadaptados, apartándolos de los demás para el propio beneficio de la sociedad.
Esta mentalidad, con la ilustración, desaparece, y se empieza a afrontar el problema de salud pública, y gracias a William se empezó a introducir la figura de personas que trataban a personas apartadas por la sociedad, estas instituciones no se llamaban manicomios, sino asilos para alienados, pero William dijo que no podía dedicarse a encerrar a la gente y maltratarla, el interpuso la creación del tratamiento y su posterior intervención.
Philippe Pinel fue un alienista muy importante en el ámbito de la mente criminal, pertenecía a la escuela de Montpellier, esta escuela estaba influida por una corriente en la que se podía poner en contacto a los criminales y la belleza, el cariño, amor… Este sistema de trabajo tuvo existo, y fue aplicado en diferentes centros. Pinel, descubre una psicopatología a la que el llama: «Locura sin delirio». Esta patología afectaba a los delincuentes y que se caracteriza fundamentalmente por dos cosas:
- Ausencia de Moral, no hay culpa
- Inconformismo con las normas sociales
Además encontró que en estos pacientes, los tratamientos eran refractarios, es decir, al ponerles un tratamiento estos lo utilizaban en su contra, convirtiéndolos más inmorales.
Y estos. a modo de resumen, fueron los principios de la Psicología Criminal, la necesidad de resolver de una forma menos lesiva para los criminales esa conducta y empezar a observar que su comportamiento se debía a una serie de condicionantes internos y externos, con el objetivo de readaptar al criminal y erradicar dicha conducta.