Fernando de Yzaguirre – Sociólogo y profesor de la UCJC
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Anduli, la Revista Andaluza de Ciencias Sociales ha presentado recientemente, en su número 11, un monográfico dedicado al Deporte y su relación con las temáticas de inclusión y diversidad social que pasamos a reseñar.
Introducción: el papel social del deporte
Queremos iniciar esta reseña llamando la atención al mundo del deporte sobre el importantísimo papel que la educación física y el deporte juegan en la construcción de una sociedad más solidaria, más sana y más inclusiva. Cabe constatar que la capacidad rehabilitadora y de reinserción que tienen los deportes, que combinan el juego, el ejercicio físico y la interacción social, son una fuente de inspiración para todos aquellos que trabajamos tendiendo puentes entre sociedad y deporte.
Por otra parte, quisiéramos subrayar que una de las mayores fortalezas del deporte es la capacidad de crear relaciones sociales. Apoyándose en esta y otras características del deporte, así como igualmente de la cultura, el sociólogo Pierre Bourdieu refirió el papel que juegan dichas prácticas en la lucha y alejamiento de las clases sociales (ver los estudios de Bourdieu: “Deporte y clase social” y “La distinción”). Sin entrar en la cuestión de las clases, lo que sí podemos afirmar es, que si estas capacidades pueden ser utilizadas para separar, igualmente lo pueden ser para unir (aquí cabría recordar algunas tesis de George Simmel).
Este monográfico de la Revista Andaluza de Ciencias Sociales nos muestra que el deporte puede unir, tanto fortaleciendo la cohesión interna de colectivos estigmatizados, como promoviendo el acercamiento de los grupos excluidos al tronco social al que pertenecen.
Hacer que el deporte sea, sobre todo, un factor de unión y cohesión social, es un ambicioso programa de progreso social que merece la pena abrazar.
Reseña
A modo de prólogo al monográfico, Moscoso y Muñoz hacen un recorrido por los antecedentes del tema propuesto, dando cuenta del interés que las ciencias sociales han prestado al deporte, como lo atestiguan los trabajos de Herbert Spencer, Max Weber, Georg Simmel, George H. Mead y otros. Asimismo, nos acercan a los orígenes de la sociología del deporte en nuestro país en los años 90, coincidiendo con los juegos olímpicos de Barcelona.
Continúan Martín, Martínez del Castillo y Ferro, hablando sobre cómo pueden las organizaciones deportivas impulsar la práctica de actividades físico-deportivas en la vejez. Se pone el acento en la posible emergencia de una “cultura deportiva femenina” de las mujeres mayores.
Maza y Sánchez titulan su artículo “Deporte e inmigración: una reflexión crítica”. Tras abordar los conceptos de “inmigrante”, “cultura” e “integración social”, distinguiendo entre multiculturalismo, policulturalismo e interculturalismo. Se habla también de la importancia del deporte en la sociedad contemporánea y en su proceso de complejización. Terminan señalando los objetivos que deberían marcarse los proyectos que quieran promover la inclusión social de los colectivos extranjeros a través del deporte.
En “El deporte de la libertad. Deporte y reinserción social de la población penitenciaria en Andalucía”, Moscoso, Pérez, Muñoz, González y Rodríguez- Morcillo, dan cuenta de un importante estudio empírico para evaluar las implicaciones subjetivas y comportamentales de la práctica deportiva de los reclusos andaluces. Se confirma la importancia del deporte en la rehabilitación social de la población reclusa, así como su influencia sobre la salud física, psíquica y emocional.
Por su parte, Léséleuc, Le Roux y Marcellini, bajo el título “Pratique sportive, visibilité et intégration sociale des personnes handicapées” (práctica deportiva, visibilidad e integración social de personas disminuidas), profundizan en los procesos de integración social de las personas estigmatizadas. Comparan cuatro movimientos deportivos en Francia: discapacitados físicos, ciegos, sordos y homosexuales, y hacen un interesante análisis sobre temas como la construcción del “nosotros”; la apropiación del deporte o el reconocimiento social y la cuestión de la integración. Terminan con una reflexión en torno a por qué estas minorías han escogido el deporte para desarrollar un proyecto de desestigmatización.
Bajo el título “Práctica deportiva, convivencia intercultural y ciudadanía: dimensiones teóricas y metodológicas del Programa experimental de integración socioeducativa a través del judo”, Gómez-Ferrer y Rodríguez Victoriano presentan un programa experimental de integración socioeducativa a través del judo, llevado a cabo en el barrio de Ruzafa (Valencia). El tema central es la utilización del judo como herramienta de socialización. El programa incorpora metodologías innovadoras de tipo cualitativo como la observación participante, la entrevista en profundidad y el grupo de discusión.
Rato y Ley presentan el artículo “Potencialidades y retos de un modelo metodológico para promover procesos interculturales en contextos postbélicos”, en el cual presentan un modelo para promover procesos de convivencia intercultural utilizando el deporte como elemento de cohesión. Dicho modelo fue puesto en práctica en Guatemala.
Con el título de “Práctica deportiva e inclusión social de las mujeres gitanas mayores de 55 años”, Piedra y Fernández Gavira estudian la práctica deportiva de este colectivo en situación de exclusión social. La metodología utilizada son 9 entrevistas semiestructuradas, que evidencian cuestiones como la baja tasa de actividad física y deportiva de estas mujeres, causada por la ausencia de una educación formal durante su niñez y la asunción precoz de las obligaciones familiares.
La última contribución la realizan García Leiva y Jordi Sánchez en torno al tema “Deporte y exclusión social extrema. El caso de las personas sin hogar”, llamando nuestra atención sobre poblaciones muy marginalizadas. Los autores analizan algunas de las potencialidades transformadoras del deporte como herramienta para la intervención social con personas sin hogar.
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