Es todo un reto como docente de universidad comenzar a expresar, a través de este blog, reflexiones, que no sentencias ni aseveraciones, que ayuden a fomentar la curiosidad y la indagación. En definitiva, crecer y madurar profesional y personalmente en todas aquellas personas que, por un momento, se han sentido apasionadas por esta profesión que tiene más de vocación que de cualquier otra cosa.
La felicidad será siempre nuestro punto de partida y por supuesto, el cauce que nos lleve a buen puerto.
Bienestar, optimismo, satisfacción vital y emociones positivas, nos permiten superar con éxito situaciones vitales difíciles, nos hacen sentir mejor, dan energía, nos hacen sociables y creativos a la vez que, generosos y proactivos. Sin olvidarnos de lo más importante: hace sentir mejor a las personas que nos rodean (Bárbara Fredrickson, 2004).
Dicho esto, profundizo en el tema a partir de esta frase:
“Es imposible ser matemático sin tener alma de poeta. El poeta debe ser capaz de ver lo que los demás no ven, debe ver más profundamente que otras personas. Y el matemático debe hacer lo mismo"
Sofía Kovalevskaya (1850 – 1891)
En la educación de una persona, las ciencias y las letras han de estar unidas y caminar a la par, sin miedos ni prejuicios. Comprender lo que leemos, razonar, ser creativos y desarrollar un pensamiento crítico son objetivos esenciales para el aprendizaje y crecer personal e intelectual.
La lectura es básica para nuestra formación, la intuición nos conduce a distintas percepciones dentro de un texto, la fantasía y la reflexión nos proyectan hacia el infinito.
Propongo un viaje. Un viaje matemáticamente literario y feliz. ¿Es posible?. Estoy segura que sí. Viajar nos satisface, las matemáticas están en el día a día que vivimos y la literatura no es ajena a esta influencia.
Don Quijote de La Mancha y la lógica Matemática.
Aquí el lector debe haber sentido un escalofrío siberiano. Un tocho infumable y una asignatura vampiresca. ¡¡¡¡Vamos mal!!!
Falta la sal del juego: FELICIDAD.
Es posible que algunos me den el beneplácito de la duda y continúen:
Unidades, decenas, centenas….unidades de millar. ¡¡¡Números!!!¡¡¡MIL!!!
Mil es una cantidad fetiche y recurrente del autor, Miguel de Cervantes, a lo largo de la obra. En algunos casos la utiliza como expresión de mil unidades y en otros muchos para enfatizar virtudes o defectos:
Sancho: De tal manera me duele el cuerpo, que me parece que me han dado mil palos o cuando vio el rostro del Bachiller Carrasco y comenzó a hacerse mil cruces y a santiguarse otras tantas.
“Mil juramentos y mil desmayos. Mil votos, mil penitencias, mil quimeras, mil monstruos, mil canas, mil besos, mil abrazos, mil velos de tela de plata, mil sollozos y suspiros, mil colores, mil dijes de cristal”.
El número mil lo usa Don Quijote al salir de la venta una vez armado caballero:
¡Cómo que andará vuestra merced acertado en cumplir el mandamiento de aquel buen caballero, que mil años viva,…!
O cuando alaba a su señora Dulcinea:
Viva mil siglos la gran Dulcinea del Toboso, y sea su nombre extendido por toda la redondez de la tierra.
O como contestación al fiel escudero como referencia a las “pocas gracias físicas” que su señora atesoraba:
¡Es verdad que no acompaña esa grandeza y la adorna con mil millones de gracias del alma!
¿Nos animamos a ir comprobando las cantidades que van apareciendo en la obra?:
Cantidades menores, mayores, intermedias. Hoy nos puede resultar familiar oír hablar de miles de millones, de billones e incluso cantidades mayores. Pero en la época Cervantina eran algo cercano a la ciencia-ficción por lo inalcanzables que resultaban. ¿Podríamos compararlo con la incorporación de los Nuevas tecnologías?
La docena, la decena, la media docena, el par y los más pequeños: ¿Cuántas veces aparecen en la obra?. ¿El dos es un número utilizado de forma reiterada?¿Qué moneda se empleaba? ¿Cómo se medía?¿Qué distancias existían?¿y la geometría? ¿Hay probabilidad y azar?
Sin darnos cuenta, al menos a mí me lo parece, hemos hecho un “viaje” por los cuatros bloques de contenidos matemáticos de la Educación Primaria. Y si seguimos podemos bucear en la astrología, las estaciones del año, los meses, los días de la semana….., por cierto, ¿aparecen todos nombrados?
Miguel de Cervantes utiliza en su obra siete mil doscientas cincuenta y seis palabras, se nombran doscientos cincuenta y siete personajes y todo se desarrolla en un total de ciento veintiséis capítulos.
Este viaje imaginario llega a su fin, o mejor, comienza. Esto depende de cada uno. Para mí lo más importante es haber disfrutado de dos grandes gigantes (molinos, ¿tal vez?) y poder alcanzar el sueño por el que una persona debe luchar y vivir.
Las pasiones y las ilusiones al igual que a Don Quijote, nos mantienen vivos y para ser feliz debemos querer serlo, y después, ilusionarnos con los retos que nos ayudan a ir creciendo.
La locura es necesaria y la vida sin ella no tendría sentido. El aprendizaje tampoco. Los sueños nos ayudan a cambiar el mundo y por ende, las formas de aprender y entender la educación.
La locura como obsesión no nos beneficia, sin embargo, la locura o la ilusión por el cambio es primordial y necesaria.
Matemáticas, Felicidad y El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha triunfarán, y lo harán sobre el miedo invencible ya que, su afán, es buscar la verdad, enmendar el error y vivir con los brazos abiertos, sin dudar ni temer, ya que con fe, lo imposible soñar y la estrella alcanzar (Un sueño alcanzar, El hombre de la Mancha).
Hasta la próxima “visionarios felices” del siglo XXI.
Mª José Carretero Cenjor
Licenciada en Psicopedagogía (UCJC), Magisterio en Ciencias Humanas (E.U. La Salle). Coordinadora de Educación Infantil. Profesora/tutora de Infantil y Primaria en el Colegio Internacional SEK El Castillo. Talleres IBO: PEP. Directora Gerente de Escuela Infantil (CEUSEK) Profesora de Matemáticas y Ciencias Sociales en la Facultad de CCSS y de la Educación (UCJC). Coordinadora de alumnos de la facultad de Ciencias Sociales y de la Educación (UCJC). Componente del grupo de Investigación de Aprendizaje Social y Emocional (UCJC) DEA: Felicidad Subjetiva y Aprendizaje Social y Emocional: Un estudio con profesores de Educación Primaria. Finalizando Tesis.
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