El ejercicio moderado durante el embarazo es seguro para el feto y para la madre, incluso para aquella que era sedentaria

Bajo el título  “Exercise during pregnancy”, los autores María Perales, docente en el Grado de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, Grado de Fisioterapia y Grado de Enfermería de la Universidad Camilo José Cela e investigadora en el Hospital Doce de Octubre, Raúl Artal y Alejandro Lucía investigadores en el ámbito del ejercicio físico y la salud de la Universidad de Sant Louis, e investigador del Hospital Doce de octubre, respectivamente, han concluido que hay sólidas evidencias científicas que permiten asegurar que el ejercicio moderado durante el embarazo es seguro para el feto y para la madre. Esto implica que no supone un riesgo de parto a pre-término, bajo peso del nacimiento ni estrés fetal; siempre y cuando la mujer no presente ninguna contraindicación médica u obstétrica para su práctica. Además, estas evidencias permiten asegurar que puede proporcionar importantes beneficios sobre la salud de ambos si se realiza con unas pautas determinadas.

La novedad del estudio radica en la consideración de que este tipo de ejercicio debe ser realizado no solo por gestantes sanas, sino también por mujeres que antes del embarazo eran sedentarias (siendo el embarazo un buen momento para iniciarse en un estilo físicamente activo), y entre aquellas que tienen condiciones de riesgo tales como obesidad/sobrepeso, diabetes gestacional e hipertensión crónica. Además, refleja que modalidades como el pilates o el yoga, que son frecuentemente recomendados durante este periodo, no están asociados con los beneficios fisiológicos descritos, sino con mejoras en la salud mental y reducción del dolor.

Entre estos los beneficios del ejercicio moderado se encuentran la prevención o reducción de:

  • Ganancia excesiva de peso (factor fundamental en la transmisión intergeneracional de la obesidad).
  • Riesgo de macrosomía fetal (bebés que nacen con un peso superior a 4 kilos).
  • Preeclampsia.
  • Diabetes gestacional.
  • Parto por cesárea.
  • Dolor lumbar y pélvico.
  • Incontinencia urinaria.

Además, en el estudio enfatiza las pautas de ejercicio físico que han demostrado ser más beneficiosas durante este periodo, así como los ejercicios que deben evitar estas mujeres ya que podrían suponer un riesgo para el feto.

Principales recomendaciones:

  • Tipo de ejercicio, duración y frecuencia semanal: importante la combinación de trabajo aeróbico y de fuerza en cada sesión de ejercicio físico, 45-65 minutos, 3-4 días a la semana.
  • Intensidad: moderada, imprescindible la individualización de la intensidad para cada mujer, y controlada de forma continua durante toda la sesión.
  • Inicio/finalización: desde la semana 9-12 de gestación (después de la primera visita perinatal) hasta la semana 38-39 de embarazo.

Ejercicio a evitar:

  • Evitar ejercicio extenuante (90% frecuencia cardiaca máxima) ya que puede aumentar el riesgo de hipertermia, deshidratación, reducción del flujo uterino con el consecuente riesgo de comprometer la salud fetal.
  • Evitar carreras de larga distancia, ejercicio de pesas extenuantes y ejercicios de contracción isométrica intensos.
  • Evitar saltos, ejercicios con riesgo de impacto y caídas.
  • Evitar ejercicio en posición de tendido supino (boca arriba).

El porcentaje de mujeres que cumplen los consejos de ejercicio durante el embarazo es muy bajo, en parte porque existía incertidumbre acerca de qué tipo de actividades se debía recomendar y cuáles evitar. Por lo que la difusión de las recomendaciones, elaboradas a partir de las evidencias de mayor calidad metodológica y de las recomendaciones del American College of Obstetricians and Gynecologists (ACOG), en  más de 50 noticias internacionales acerca de sus resultados supone un gran logro.